jueves, 28 de mayo de 2009

Día de cierre


Queridos lectores, quiero aprovechar esta entrada para agradecerles por haber atendido la Segunda Convocatoria de Microcuentos 'El dinosaurio' con tanto entusiasmo. Si quieren participar y aún no han enviado su cuento, les recuerdo que tienen hasta el día de hoy hasta las 11:59 p.m. Por otra parte, les informo que si quieren leer los cuentos, podrán verlos en este enlace. Ahora sólo queda esperar los resultados. ¡Éxitos a todos los participantes!

lunes, 25 de mayo de 2009

El hombre que se miraba al espejo

Un hombre pasaba horas mirándose al espejo. Se deleitaba observando la delicadeza de su rostro, la finura de sus pestañas, los trazos de sus cejas, el refinamiento de sus labios. Gozaba palpándose el contorno de las mejillas y se maravillaba descubriendo los laberintos de sus oídos. Para él no había un centro, sino dos, que eran sus grandes ojos negros. El monumento en carne viva de la exquisitez eran sus perfiles, su frente la medida exacta de la belleza y su nariz, el trazo de arquitectura más preciso del cuerpo humano. Y así, la preocupación por su reflejo se volvió de pronto en obsesión. Fue entonces cuando el hombre notó una mínima línea que se asomaba debajo de sus ojos y que aparecía de repente como un truco sobre su piel. Luego vio otra en medio de su frente y otra más acariciándole el mentón. Y cuando miró su pelo liso negro, observó una pequeñísima hebra blanca que le brillaba como un albor en medio de la sombra.

jueves, 21 de mayo de 2009

Palabricidio

Lentamente, una a una se acomoda en una pared cubierta de sangre y, temblando, se ponen en posición. Al frente, Leo levanta su fusil, apunta con detenimiento y, con una tremenda precisión, dispara en el centro de cada una de las condenadas a muerte. En segundos, caen un beso, un secreto, un miedo, una tormenta, un viaje, un delirio, un escalofrío, un final, un adiós, una grieta, una puerta, un ave, un reflejo y una necesidad. Una vez culmina el fusilamiento, Leo deja su arma en el suelo, levanta las palabras asesinadas y las incluye en su nuevo poema.

lunes, 18 de mayo de 2009

Giraluna

Por fin, después de múltiples señalamientos de sus compañeros y de noches enteras de frío y de revolución esperando que le mostrara su otra cara, la luna lo miró. Desde esa noche, dejó de llamarse girasol.

(Basado en la canción homónima de Luis Eduardo Aute y, específicamente, en el extraordinario concierto que ofreció en Bogotá el 12 de mayo de 2009).

jueves, 14 de mayo de 2009

La maldición de Garabato

Benjamín Urrea Monsalve, más conocido como Garabato, llegó al infierno. Ardiendo encolerizado, el diablo lo esperaba ordenándole conjurar la maldición que había lanzado sobre su equipo. Pero en lugar de amilanarse, Garabato retó al diablo a una tanda de penaltis. Sólo si lo vencía, la maldición acabaría. Fue una tanda feroz que duró 31 años. Cada que uno anotaba o erraba, el otro lo empataba. Rojo de lo agotado, el diablo cobró el penalti definitivo. El balón avanzó lento y como en tiempo detenido, a pesar de la estirada de Garabato, cruzó la raya de gol. Pasaba justo en el mismo instante en que Juanma celebraba la primera estrella de América de Cali.

lunes, 11 de mayo de 2009

Coca-Cola

Aunque sé que da para la polémica, al menos para mí no hay nada más refrescante que una Coca-Cola. Y es precisamente por eso que en esta entrada me permito hacer una pausa para refrescar algunas cosillas.

1. Lo primero, primerito, es lo siguiente: Johan Bush Walls es uno de esos cómplices del cuento que este mundo virtual me ha permitido conocer. Mi agradecimiento con él, en todo caso, es muy grande, sobre todo, porque en una de las visitas que hice a su blog me encontré con una bella sorpresa que me honró muchísimo. Se había tomado el tiempo de escribir un microcuento que, según él, me debía. Don Johan, de nuevo muchas gracias. El cuento lo reproduzco a continuación para todos ustedes:

Se fue a dormir con la esperanza de repetir el sueño de la noche anterior, estaba convencido que, de suceder, ahora sí se haría realidad.

Extendió los brazos, como desperezándose, toco unas paredes membranosas, advirtió que flotaba en un líquido viscoso, entonces despertó dentro del estómago del dinosaurio, pero Monterroso no estaba ahí. Sólo la mitad de su sueño se hizo realidad.

2. La segunda convocatoria de microcuentos 'El dinosaurio' está en plena actividad. De nuevo les hago invitación a participar. Les recuerdo que tienen plazo de enviar sus cuentos hasta el 28 de mayo, según las reglas especificadas en la entrada del concurso.

3. Tal vez muchos lo sepan, tal vez muchos no. En el costado lateral del blog hay un enlace titulado Yo dejé mi nombre a cambio de un cuentito, más conocido como Seguidores. Toda persona que se inscribe en ese enlace recibe a cambio un cuento. Lo digo con sinceridad: he superado todas mis expectativas. Así que si ya se apuntaron, les ruego el favor de que tengan paciencia por su cuento, ya que los estoy escribiendo en el orden justo en el que se han inscrito. Y si no se han apuntado, pues nada, a pedir su cuento que lo escribiré encantado.

4. Este blog cumple con un horario. Cada lunes se publica un cuento inédito y cada jueves se publica un cuento con nombre propio, que son precisamente los cuentos enunciados en el numeral anterior.

5. Por último quiero agradecerles a todos, amables y queridos lectores, por seguir pasando por este espacio. Saben que es su casa. Recuerden que las puertas están abiertas para sus inquietudes, sus críticas, sus sugerencias y sus palabras de aliento.

jueves, 7 de mayo de 2009

La noche

A las seis de la mañana no salió el sol. Ni a las siete, ni a las diez, ni a la una de la tarde. El día corrió lúgubre, alumbrado tan sólo por la generosidad satelital. Pocos salieron. Sólo las putas, los taxistas y los murciélagos se entregaron sin condiciones a la oscuridad interminable. La mayoría esperó en vano a que la luz saliera de nuevo. Pero nada cambiaría. Cansada de que derritiera sus lápices cada amanecer, Nightwriter había guardado el sol en una caja fuerte que sólo podría abrirse con un halo de la luna.

lunes, 4 de mayo de 2009

Trampa

El infiltrado le dio la señal al policía para que atrapara al delincuente. El policía entró a escena y disparó. El infiltrado cayó tendido. Ambos policías se sonrieron y huyeron como los delincuentes que eran.